mis trocitos



15 de diciembre de 2015


Tenía que localizarle, era cuestión de vida o muerte, pero no le tenía en su lista de contactos.



1 de diciembre de 2015


Unas flores dibujadas en un papel fueron todo lo que recibió.



24 de noviembre de 2015


Ella pidió su rendición y él dejó de pelear.


17 de noviembre de 2015


Sentía tanto su pérdida que dejó de comer sopa de lunas.



10 de noviembre de 2015


Solo le preocupaba la limitación del tiempo.



3 de noviembre de 2015


Sus viajes la comían por dentro.

28 de octubre de 2015


No se conocía y eso le salvó.


20 de octubre de 2015


La orden fue correcta. Falló la realización. Mejor no hablar del resultado.


13 de octubre de 2015


Cerró los ojos y respiró por primera vez...

(Dedicado a nuestro Panceta)



6 de octubre de 2015


"Hace tanto que no leo..." - confesó mientras le rebanaba el pescuezo.



29 de septiembre de 2015


olvido y recuerdo
Escrito por: Carmencita

Las gotas de lluvia no dejaban de mojar los cristales del despacho. Repiqueteó con sus uñas en la mesa de caoba, lanzó un largo suspiro y apretó el botón del interfono: - Silvia, ¿puedes venir un momento? -
- En seguida, Srta. Martín - respondió la secretaria.
Silvia agarró temblorosa el pomo de la puerta y entró en el despacho: - Dígame, Srta. Martín - preguntó casi susurrando.
- ¿Qué te pedí ayer que me recordaras?-
Ante los titubeos de Silvia, Marina se respondió sola: - Te pedí que me recordaras a las diez que tenía que llamar al Sr. Santamaría para anular la reunión de esta tarde ¿no es cierto? y ahora ya es demasiado tarde… -
- Si… yo… - Silvia no sabía donde meterse.
- Son las diez y cuarto y TÚ no me has recordado nada - dijo Marina mientras miraba  su reloj de oro - No me gustan las personas que no pueden recordar un simple recado y resulta que ese es tu trabajo… ¡ERES UNA INCOMPETENTE!, ¡ESTÁS DESPEDIDA! - le gritó - ¡COGE TUS COSAS Y VETE! –
Silvia salió sollozando del despacho y comenzó a recoger sus pertenencias. Marina apareció detrás: - ¡No puedo soportar tu presencia por más tiempo!, ¡Déjalo todo como está!... ya te lo enviarán por mensajero… ¡Márchate cuanto antes!
Silvia rompió a llorar.
- Eso - dijo Marina – Llora, pero llora por el trabajo perdido, seguro que esto no se te olvidará jamás… - y volvió a su despacho dando un portazo.
- Será bruja - Rosa ofreció un pañuelo de papel a Silvia - ¿Estás bien? -
 - Si, si…- Consiguió decir Silvia a duras penas. Cogió su bolso y su paraguas, se puso el abrigo y despidiéndose de las demás secretarias abandonó el edificio.

Santiago esperaba el autobús. En el andén hacía frío y las gotas calaban su fina chaqueta. Había elegido mal aquella mañana, no debía haberse fiado de los primeros rayos de sol. O tal vez se equivocaba… hoy no había mirado por la ventana antes de salir… o no podía recordarlo… no podía recordar nada… su mente estaba bloqueada desde el momento en que no pudo recordar aquel nombre… ¿Cómo era posible que no pudiera hacerlo? Ella lo había significado todo para él y ahora, después de tanto tiempo, no podía acordarse de su nombre.
Este hecho, que para cualquiera hubiese sido la prueba de que Santiago había superado la ruptura, era algo que le angustiaba sobremanera.
No había forma de que recordase su nombre y esto no le dejaba vivir. Desde entonces todo parecía haberse desvanecido. Sus recuerdos no volvían a su mente. No podía evocar nada porque no recordaba nada. Hasta su vida cotidiana se había convertido en un caos: debía apuntar cada día en un papel cómo llegar a su trabajo y qué hacer allí… y a veces hasta olvidaba dónde había puesto el dichoso papelito.

            Sus dedos parecían volar sobre las teclas. El informe debía estar terminado esa tarde. Recordaba cada uno de los detalles de la reunión, cada uno de los puntos tratados, cada gesto, cada chiste malo, cada insinuación…
Marina estaba acostumbrada a que sus clientes la acosaran. Era una mujer joven, bella, alta, delgada, con clase y educación y una de las mejores ejecutivas de la firma, pero ella sabía manejarlos y les hacía sentirse estúpidos por pensar que podrían conseguir algo… una demanda por acoso sexual era lo único que podrían obtener de ella. Era fría como el hielo.
- ¿Para qué necesito una secretaria? - pensó – yo podría hacer los dos trabajos… y sin despeinarme… aunque, ¿qué imagen daría? -
Cogió el teléfono y marcó la extensión de Recursos Humanos, no tuvo que mirarla, sabía todas las extensiones de memoria: - Soy Marina Martín, necesito una nueva secretaria. Es urgente. - y colgó sin esperar respuesta.

            Santiago intentaba leer el periódico pero no podía. No se le iba de la cabeza el hecho de no poder recordar un simple nombre de mujer. Era extraño, recordaba cada detalle de su cuerpo, el verde de sus profundos y grandes ojos, su sonrisa, el olor de su piel… PERO NO SU NOMBRE.
Ni su nombre ni nada más… su mente era un libro en blanco, seguía en estado de shock y sus recuerdos estaban totalmente bloqueados. Iba al psicólogo y éste le había dicho que habría que ir despacio, paso a paso, hasta dar con el click que desbloquease su mente.
- ¡Maldita sea!, ¿por qué no podré recordar cómo se llamaba? -

El sol resplandecía aquella nueva mañana. Marina conducía su flamante coche. Paró en un semáforo y vio acercarse a la gitana que todas las mañanas pretendía limpiarle el parabrisas. Con un gesto brusco le dijo que no.
- Siempre igual - pensó - ya podría recordar mi coche y evitarme tener que decirle que no cada mañana -.
La gitana intentó otra vez limpiar el cristal, el semáforo se abrió y Marina aceleró haciendo caer a la pobre mujer. Por el retrovisor vio que se levantaba y lanzaba improperios: - Si se ha levantado tan rápidamente es que está bien, no tengo por qué preocuparme -.

            Parecía que no se iban a acabar nunca. Las cajas de fruta parecían multiplicarse. Una y otra vez Santiago bajaba de los camiones que parecían no descargarse y cuando terminaba con uno ahí estaba otro, y otro, y otro y otro más. El trabajo se acumulaba por momentos.
Eso era bueno para Santiago, así no tenía tiempo para pensar en aquello que no podía recordar.

            Dos calles más allá el coche comenzó a hacer ruidos extraños. El taller no estaba muy lejos.
- Recuerde que lo necesito esta tarde a las seis, estaré aquí a esa hora para recogerlo - le dijo al mecánico.
- No se preocupe Señora - contestó él.
- No estoy preocupada. Preocúpese usted de hacer bien su trabajo y de tener mi coche preparado a la hora indicada - dijo Marina marchándose.
- Será zorra - murmuró el mecánico.

La mañana estaba resultando dura: - ¡Descanso! – gritó el jefe.
- Yo sigo, Tomás - dijo Santiago.
- Venga, hombre, vamos a tomarnos algo -
- En serio Tomás, yo sigo -
- Tú y tus rarezas…-
- Es que si no sabes que me pongo con lo mío y…-
- Lo tuyo, lo tuyo… lo tuyo te lo arreglaba yo con un par de mamporros, ya verías tú como después de eso empezabas a recordar…-
Tomás conocía sus problemas. Su yerno, el psicólogo de Santiago, le había pedido que le contratase para intentar que Santiago mantuviese la mente ocupada en otras cosas y poder así avanzar en su tratamiento. Hasta ahora no había servido de nada.

            Marina señaló mientras hablaba: - La máquina del café está al final del pasillo, a mi me gusta solo y sin azúcar ¿podrás recordarlo?, aquí tienes - y alargó una cinta de casette - Lo quiero en mi mesa dentro de media hora… y… Lola… ¿ese es tu nombre, verdad? - La muchacha asintió con la cabeza - No olvides ni una sola coma…-.

            La comida parecía tener buena pinta, pero no le apetecía nada. Mientras escarbaba con la cuchara las judías no paraba de buscar el nombre en su cabeza.
Tomás le sacó de su abstracción con un grito: - ¡Eh, deja de pensar y come, que no tenemos todo el día! -
- No quiero más - respondió Santiago.
- Pero si a penas has comido nada - replicó Tomás.
- No tengo hambre - dijo Santiago apartando el plato.
- Come algo, hombre, que necesitas reponer fuerzas -.
- De verdad que no, Tomás -.
- Vale, pues volvamos al trabajo – sentenció Tomás.
Le preocupaba el chico, no debía tener más de treinta años, y sin embargo parecía un viejo decrépito… alguien como yo – pensó – ojala Agustín pudiera hacer algo por él.

            El coche no estaba a la hora indicada. El mecánico había tenido “una tarde complicada”, según sus propias palabras. Además, la avería era más grave de lo que parecía en un primer momento y las piezas necesarias iban a tardar un par de días.
Marina estaba indignada y descargó toda su ira, pero al mecánico no pareció importarle, las palabras le resbalaban como resbalaba el aceite por sus manos.
- Señora - le dijo cuando ella terminó - esto son lentejas…-.
Eso enfureció todavía más a Marina y amenazó con demandarlos si el coche no estaba arreglado al día siguiente, a lo que le mecánico sonrió y le ofreció tranquilamente una hoja de reclamaciones.

            Santiago no sabía dónde estaba. Se había perdido una vez más. Vagaba por las calles sin dirección, buscando algo, una pista que le hiciera recordar, alguien que pudiera nombrarla, que encendiera una luz…

            Marina llegó a casa y se dirigió al baño. Abrió el grifo de la bañera y esperó a que ésta se llenara de agua humeante. Había sido un día muy duro y su “charla” con el mecánico la gota que había colmado el vaso: necesitaba relajarse. Una copa de vino ayudaría.

            Se estaba haciendo tarde y seguía sin saber dónde se encontraba. Alguien le llamó: - ¿Santiago? -.
Él se dio la vuelta: - ¿nos conocemos? -.
- Pues claro Santiago…-.
- ¿Podrías llevarme a mi casa? - preguntó Santiago con voz cansada.
- Ya has llegado, es aquí - le contestó el portero.

            No conseguía relajarse con el baño, ni con el vino, no paraba de recordar todo lo que tenía que hacer al día siguiente: las visitas, las presentaciones, las reuniones, los informes posteriores… se pasaba el día recordando datos y números de teléfono. Su cabeza no descansaba ni un segundo…además, no podía quitarse de la cabeza el incidente con el mecánico: - Estoy segura de que lo ha hecho con intención, al coche no le pasaba nada malo, ha sido por demostrar su hombría, por quedar por encima de mí…-.

            Durmió muy mal aquella noche, como todas las noches desde hacía ya mucho tiempo. Solo un pensamiento martilleaba su cabeza y cada vez le costaba más acordarse de cualquier cosa… solo podía recordar nítidamente el sonido de su risa, de su voz, la suavidad de su piel, de su pelo, la formas de su cuerpo… pero no su nombre.
Aquello le estaba matando, tenía que encontrar una solución, pero no lo conseguía, no podía dejar de pensar en ella. Debía encontrar su nombre para poder recuperar sus recuerdos, su vida, su mundo… y por qué no… quizás también a ella.

            No era su estilo reconocer las cosas, pero Lola trabajaba bastante bien y rápido. Recordaba todo lo que le pedía y no había caído en las “trampas” que le había tendido para probar sus cualidades. Además, la muchacha despedía un halo de tranquilidad que empezaba a hacer mella en Marina.

            Agustín parecía contrariado: - Santiago, no avanzamos -.
Santiago asintió con la cabeza y contestó: - Lo sé, lo sé…-
- Vamos a tener que probar otras técnicas, y creo que yo no soy el profesional indicado. Si no te importa, voy a pasarle tu historial a un colega más preparado en estos temas… siento mucho no poder ayudarte…-
- Yo también, yo también…-

            El móvil, las gafas, la PDA, el portátil, los cd´s, el puntero, la carpeta con los informes… Marina hacía memoria de todo lo que debía llevar a la reunión: las llaves del… ¡MIERDA! -¡Lola! – gritó - ¡Llama a un taxi!, voy a llegar tarde…
Lola se asomó a la puerta : - Está esperándola en la puerta del edificio.
Marina resopló y cogió furiosa sus cosas. En el ascensor repasaba los datos importantes, los pros y los contras de la propuesta y sobre todo los puntos débiles del cliente, no podía perder este negocio, no podría perdonárselo.

            Santiago cruzó la calle sin rumbo fijo.

            El taxi estaba al otro lado de la calle esperándola. Con las prisas chocó con un extraño y sus miradas se cruzaron:
- ¡Dios mío… se llamaba Marina!- exclamó Santiago con una sonrisa en los labios.
- ¿Dónde se supone que me dirigía? – se preguntó silenciosamente Marina. 


22 de septiembre de 2015


Ante aquel grito demoledor hasta el eco calló.



15 de septiembre de 2015


El silencio fue lo que me mató.


8 de septiembre de 2015


Los días pasaban y cuando quiso darse cuenta ya le tocaba arrancar otra hoja del calendario.


1 de septiembre de 2015


No se daba cuenta de que estaba muriendo de éxito.


25 de agosto de 2015


Y todo acabó cuando las tijeras se cerraron con aquel golpe seco.



18 de agosto de 2015


Miénteme otra vez.



4 de agosto de 2015


Me dejó sin palabras.


28 de julio de 2015


Parecía imposible después de tanto tiempo, pero su amor seguía moviendo sol y estrellas.

(quince años y un mes)

14 de julio de 2015


"Conquístame" rezaba el telegrama.


7 de julio de 2015


Se marchó a un viaje sin billete de vuelta.



30 de junio de 2015


Tumbada bajo las estrellas me dí cuenta de que ninguna brillaba tanto como tu forma de mirarme.

Sigo loca por ti SANTO MIOOOOOOO...



23 de junio de 2015


Marcaste con plumas mi cuerpo.
Imágenes suaves y
grandes promesas,
una a una cumplidas.
Estabas allí en el momento preciso, y yo
lloré tu nombre.

TQT, gracias por estar ahí en el momento preciso y en todos los momentos.

9 de junio de 2015


"Abracadabra" dijo, y la tristeza desapareció.


2 de junio de 2015


Se levantó de la cama, miró por la ventana y con una sonrisa en los labios pensó: "hoy lloverá poesía".


26 de mayo de 2015


Ese olor a silencio era insoportable. De repente, la palabra "vida" perfumó la estancia.


19 de mayo de 2015


Por fin consiguieron atraparle. Era tan malo, que se bañaba en lágrimas de mujer.



12 de mayo de 2015


Descolgó los besos de la percha y se los colocó sobre los hombros. Era como llevar puesto una brisa cálida.



5 de mayo de 2015



Confesó, entre lágrimas, que ella era su bello paisaje. Después, cerró los ojos y descansó.
Dedicado a Goyi. Seguro que Lorenzo te dijo algo así de hermoso antes de partir.




28 de abril de 2015



Su consejo fue rotundo: "Se ligero como un beso", y lo seguí, vaya si lo seguí.



21 de abril de 2015



"Sabía demasiado para ser feliz" afirmó el forense.



14 de abril de 2015


Mientras la acunaba repetía cual mantra: "Las gotas de lluvia son la nana perfecta". Pero ella no se dormía.


7 de abril de 2015


Ante su reacción desesperada, solo pudo decir: “todavía te queda mucho por sentir”.


31 de marzo de 2015


Oía algo raro y cuando se asomó a la ventana descubrió que estaba lloviendo poesía.


24 de marzo de 2015

Sus manos se cansaron de ser mudas y hablaron, vaya si lo hicieron, y cuando terminaron de hablar nada volvió a ser igual.


10 de marzo de 2015


- Del llanto de un niño muere una flor - sentenció mientras le ofrecía un pañuelo.


17 de marzo de 2015


Sus eróticas huellas digitales la delataron, al quedar registradas en aquella copa de vino. 

3 de marzo de 2015


-¿Pudiste hablar con él?-
- No, mis cabellos negros pesaron más que nuestro pasado-.


24 de febrero de 2015


El olor a música despertó en ella ese sentimiento dormido que tanto llevaba buscando.


17 de febrero de 2015


Todo fue tan dulce y sencillo como un beso.



10 de febrero de 2015



Y ella mató al silencio con un disparo digno de una canción.



3 de febrero de 2015



Parecía estar a gusto viviendo en esa tierra herida por vacas sin ojos, pero un día su corazón, cansado de latir, terminó con esa percepción.


27 de enero de 2015



Él tenía la sonrisa manchada de lágrimas y ella se la limpió, amorosamente, con su pañuelo de sueños.


20 de enero de 2015



Llevaba tantas palabras guardadas en el bolsillo que no sabía cómo vaciarlo.


16 de diciembre de 2014



Los olores de la música siempre consiguieron robarle un pedacito de corazón. Apenas le quedaba ya nada, pero seguía oliendo, seguía escuchando.

9 de diciembre de 2014


La ráfaga de viento despertó su amor dormido con un olor a desierto.


2 de diciembre de 2014


Su consejo fue rotundo: "Deja que empiece a apagarse el fuego que quedó pasado".

25 de noviembre de 2014


Miró por la ventana una vez más antes de apretar el gatillo. Los tejados parecían cubiertos de brasas o de virutas de cobre.

18 de noviembre de 2014


Cantaba arena de cuchillos,
hablaba sombras espesas,
y al sonreír, su boca se le llenaba de hojas.


28 de octubre de 2014


El culpable fue ese silencio de hombre que espera la muerte.


21 de octubre de 2014


3 Rayos de sal,
2 lagrimas de canela,
 medio litro de sangre de melocotón,
10 pétalos de agua.


Batir todo bien e inyectar… si el paciente aguanta, habrá ganado la batalla.

14 de octubre de 2014


Palabras guardadas, razones sin alquilar, precios sin freno,  cartas sin abrir, flores de papel, orgullo de plástico… demasiadas cosas, a su mente no le quedo otro remedio que explotar.


7 de octubre de 2014


Por favor mamá, cuéntame un cuento sembrado de mariposas. Entonces ella comenzó a narrar. 

30 de septiembre de 2014

Era una tarde tranquila y su cama invitaba a soñar azules. Ella aceptó la invitación.



23 de septiembre de 2014


Era una tarde tranquila y su cama invitaba a soñar azules. Ella aceptó la invitación.

16 de septiembre de 2014


Antes de marcharse le pidió una explicación y él, susurrando, le contestó:
“Es que huelo a fruta de otra espalda”.

9 de septiembre de 2014


Arena,
cartones, años, cuerdas.

Tristeza apilada,
espaldas rotas de llanto.

El olor de tu sombra
no me deja avanzar,
y eliminarlo acabaría conmigo.

2 de septiembre de 2014


Cuadros, silencio y nubes de color rojo. Esa fue la forma de explicar tus manos vacías.

26 de agosto de 2014


Juntó sus manos lentamente. Luego, con un suspiro entrecortado, comenzó hablar. Su voz era muy tenue pero al escucharle decir que se estaba agrietando el mundo me estremecí.

19 de agosto de 2014



Sus ojos llovían cuando le dijo:
 “Sé que te necesito, pero no sé si te quiero”.


12 de agosto de 2014




Contigo pan y cebolla. Y no digo más ;)

9 de agosto de 2014




- Ya te vale. - 
- Mira que hacerme esta faena a mi... -
- Ya podías haber esperado un poco más, ¿no crees?. -
- Esto me viene fatal... -
Nadie le conocía y a todos les extrañó que se estuviera peleando con el muerto.


15 de julio de 2014



No cariño, no me he olvidado del día que es hoy y todo lo que representa para nosotros. TQT






8 de abril de 2014


La estela de un barco fantasma cruzaba su brazo y una sonrisa de papel su corazón. Como son los tatuajes…


3 de abril de 2014


Cerró la puerta con un violento portazo y ella pensó con tristeza: - Se acabó el "contigo pan y cebolla" - .

25 de marzo de 2014


Y así pasó la vida, aleteando como pájaro nocturno.

18 de marzo de 2014


Tras escuchar con atención la retahíla, sentenció: “Demasiadas pruebas para conocer el otro lado de la Luna”.

11 de marzo de 2014


Un pie, otro pie.
Pasos a pequeñas cucharadas.
Sonrisas y chuches como recompensa por tus logros
y una paloma que se posa en el sello.


Para Imna, no intentes recuperarte antes de lo debido ;)

4 de marzo de 2014


Muchas veces los miro y creo que están intentando atrapar el viento con las manos.


Para los Carmencitos, que han descubierto hace poco que sus manos giran, cogen y tiran cosas.


27 de febrero de 2014


Pantalones: largos negros y cortos marrones. Camisetas: larga negra y corta blanca. Calcetines y botas simulando pies de Panda. Carnaval colgado de perchas.


Dedicado a nuestro Pancetilla, que en menos de cinco horas estará disfrutando de lo que es una verdadera fiesta.

18 de febrero de 2014


Un apagón les sorprendió en su primer beso de despedida. No les importó, toda ella brillaba.

11 de febrero de 2014


- ¿Qué quieres hacer? -
- Volar una cometa -

4 de febrero de 2014



Amor de prisa,
caricia que pasa volando,
junto a un beso veloz
y  una mirada dulce pero atropellada…
De repente: Suspiro de calma
y un tranquilo TE QUIERO.



28 de enero de 2014



Se levantó con la sonrisa que amanece en la boca cuando te viene a la mente un ala de mariposa haciéndote cosquillas en la nariz. Un cielo de color perla coronaba la estampa que podía ver desde la ventana de su casa y pensó: "Esta tarde pinto esta postal..."


Para mi hermanita querida:  
aunque estés lejos no pierdas la :D 

21 de enero de 2014


Lo dudó mucho antes de abrir la ventana y al hacerlo, entró tanto frío, que suspiró con hielo de amanecer.


15 de enero de 2014


Palabras de luz.
Letras de sangre.
Signos de olvido.
Cartas desde el Sol.

 24 de diciembre de 2013



Cada etiqueta: una huida,
cada lágrima un deseo consumido.
La pagina sin escribir
y  el susurro de su mirada que, marcando el paso, quería contar su historia sin puntos aparte.

 17 de diciembre de 2013



En el barrio de luna las olas del mar respiran y los muebles salen a la calle para saludar.
En el barrio de luna los ancianos pasean solos y los cristales de las ventanas se balancean y cantan nanas.
En el barrio de luna adornan las calles con abrazos muy fuertes y cintas para el pelo.
En el barrio de luna nada es negro.
Yo vivo en el barrio de luna.

 10 de diciembre de 2013



Llevaba toda la semana viendo el reflejo de las lágrimas de una muchacha en la ventanilla del tren... tardó en darse cuenta de que era ELLA la que lloraba.


26 de noviembre de 2013



Su noticia: inesperada, igual que su forma de llegar al mundo, pero todo cambió cuando vimos que traían en los ojos chispas de sol.

 12 de noviembre de 2013



Era una sensación inexplicable. Flotaba extraña, rozando sin pedir permiso y sin que nadie pudiera evitarla. Una lluvia de hombros desnudos recorría la ciudad. 

 5 de noviembre de 2013


Las musas le habían pillado trabajando, pero hasta que no miró el papel no se dio cuenta de que estaba escribiendo en blanco.

22 de octubre de 2013




Todo había estado listo y colocado en la mesa a la hora señalada. Las velas empezaron a gotear, el vino se iba calentado y el pan, tierno, se volvió incomestible.
La cena, preparada con tanto cariño y desvelo, se coloreó de gris tristeza.

15 de octubre de 2013


Su llamada consiguió que jamas volviera a usar el telefono.

8 de octubre de 2013



El silencio le asustaba, pero más el ruido de aquella infernal máquina que había conseguido desconectar. Ahora era libre, pero, ¿para qué?

1 de octubre de 2013





Mi otro yo, no hacen falta palabras, solo un simple gesto para ultimar detalles.







17 de septiembre de 2013




Se despierta silenciosa. Nunca protEsta, pero cuando lo hace... temblad malditoS.


10 de septiembre de 2013






Podia Ver la desesperación en su terrorífico llanto. Después: el silencio y la gratitud en formA de soNrisa.

3 de septiembre de 2013




Hacia tiempo qUe mis órdenes le molestaban, pero cada mañana hacíamos borrón y cuenta nueva con  una Guerra de besOs.

27 de agosto de 2013




El momento mágico de silencio entre el llanto de ella y el llanto de él fue bautizado como MICROSUEÑO.

20 de agosto de 2013




Soñé
con ojos en tu vientre,
pero cuando desperté,
ya se habían cerrado.

13 de agosto de 2013




Sus besos ya no la despertaban porque había pasado de ser la Bella Durmiente a la Bruja Malvada.

6 de agosto de 2013




-No quisiera convertirme en una amargada insoportable – Confesó ella.  Era YA demasiado tarde.

18 de junio de 2013




Abrió los ojos un segundo y allí estaba su preciado tesoro. Todo volvía a ser como antes.

4 de junio de 2013


Ojos en la nieve
con racimos
tirados en la lluvia.
Una casa
bracea las olas.
Recapitulando:

Espacio, lo necesito.

28 de mayo de 2013



Con un “a sus órdenes” desveló su condición. Venció, en ese preciso instante, el poder de grupo.

23 de abril de 2013


Mazmorras de rayos

Ratas que recorrían mente
y cuerpo,
Mar de preguntas…
pelo sucio,
saliva infestada de pereza
que, a largo plazo,
supondrá la locura, el ruido, el terror…
De repente: reposo.
Veneno tranquilo, telar sereno:
Cree que ya puede dormir


Pero la tormenta aún no ha llegado.

9 de abril de 2013


"Anda, vete a la cama" le dijo.

Y lo oyó dejar de ser hasta el día siguiente.

2 de abril de 2013


El cierre,

todavía echado.
Los grajos sin invitación tocan la puerta.

Una y otra vez.

Quieren entrar en la tienda donde                                                       
las formas esperan para ser manoseadas.  

El vendedor de sombras,
tras su mostrador de carbón,
mercadea con pestañas de lija.
“Lista para llevar” farfulla mientras
empaqueta la mercancía.

Para el mejor postor.

El business marcha y él se relame.
Sus clientes,
moscas apasionadas por la poesía,
no cesan de arrancar

sonrisas a la caja registradora.

26 de marzo de 2013


Fichas de caligrafía. Pregunta si lo ha hecho bien: Repasamos y borramos. Tiene nuevos ojos y los usa para mirarme.

20 de marzo de 2013


De repente, los bosques dejaron de

amamantar con arena.
Despojándose de cascabeles y mugre
los árboles comenzaron a sangrar vino
y a llorar oscuridad.
Pisadas, tornillos, palabras, llaves…
pero el topo no es capaz de despertar
a su padre,
como si el sonido del amor
hubiese muerto.
¿Alguien me escucha?

- No - contesta el silencio.



11 de marzo de 2013

El viaje de Nilsa. 


Los silbatos de los conductores del tren suenan.

“Apúrate Nilsa” me dice Milton y me cede la mano de la niña. “Que te diviertas, Jennifer” dice despidiéndose de ella.
Todos se apresuran a embarcar los últimos paquetes mientras otros se trepan al techo del vagón. “Mamá, ¿por qué esos señores se suben ahí?” pregunta curiosa mi hija, solo tiene 3 años, va con la edad. "Esa es la gracia, Jenny, así se puede ver bien el paisaje ", explico sonriendo. Personas con atillos a punto de reventar sujetos a la espalda, se dirigen casi al trote a los mercados indígenas de Guamote.

Nos movemos…

El tren se estremece y echa humo negro. Jenny observa el paisaje aplastando su pequeña naricita contra el cristal. Vamos por entre medio de la Cordillera de Los Andes: cerros, montañas y masas de rocas, todas vestidas de verde, por el milagro de la lluvia eterna de este clima nuestro de Ecuador y el cielo azul jugando a ocultarse tras las nubes. “Sabía que le iba a gustar” pienso, “qué pena que Milton no haya podido venir”.

En nuestra primera parada un ejército chavales recorre los vagones ofreciendo sopa,huevos hervidos, plátanos asados a la parilla, carne con salsa, bebidas y golosinas. El aroma a puchero es tan intenso que ni Jenny ni yo podemos resistirnos a comprar algo que comer. Los chicos no tienen prisa, han visto que el maquinista y su fogonero están pie a tierra sorbiendo de un humeante pote tumbaburros.

“Ya nos movemos otra vez, mami” anuncia Jennifer. El tren se vuelve a poner en marcha y vemos olas y olas de pasto verde cobijando ranchitos desperdigados como islas en mitad del páramo. A cada curva las ruedas a chirrían y mi niña se tapa quejosa los oídos.

A la gente le gusta ver pasar el tren. Algunos dejan sus labores y nos brindan un saludo a mano abierta que, rápidamente y con gusto, responde Jenny, “El maquinista también los saluda, mami” dice al oír aullar al ya familiar silbato.

"¡Billetes por favor!"… Los interventores pican los boletos a cada viajero, yo tiendo el mío y Jennifer sonríe a modo de excusa: “yo solo tengo 3 años”.
Los interventores también suben para picar por los abarrotados "tejados" saltando sobre la marcha de vagón a vagón.
Nos adentramos en La Nariz del Diablo. “La suerte esta echada” rezo. Los más supersticiosos dicen que una vez la máquina se lanza al vacío, el destino pertenece al diablo. La garganta se seca, no hay red ni barandilla. Cruzo los dedos, pero el maquinista gobierna con talento.

El viaje está tocando a su fin, así lo anuncia uno de los revisores a grito de "¡Fin del trayecto!"… de repente, una luz blanca me ciega, no puedo ver nada, todo se borra de mi mente… JENNIFER!!!!!!

“Nilsa despierta, Nilsa ¿Estás bien?”. Alguien me toca la cara suavemente, y abro los ojos. Me encuentro en un sitio con paredes blancas… pienso en Jenny… “¿Dónde está mi hijita?” consigo balbucear mientras empiezo a recordarlo todo… no estaba en mi país sino en Madrid, no iba de excursión con Jennifer, la llevaba al colegio, habíamos cogido un tren a en la estación de Entrevías… HE PERDIDO A MI HIJA!!!!!!

Esta mañana noté que era un día raro, era como que no quería ir al tren, le dije a mi marido “Milton, hoy no me apetece ir al tren, dame dinero para un taxi para dejar a mi hija” pero el dijo que me apresurara. Yo tenía demasiado sueño, tenía un sueño que no era normal. 

Me levanté, desperté a Jennifer, la vestí y le preparé todas sus cosas, su comida, su merienda... Me acuerdo que hacía mucho frío porque me puse un jersey y una cazadora, incluso a mi hija le puse guantes. Cuando bajamos me di cuenta que había olvidado mi bolso y mi abono, solo llevaba el móvil en la mochila. Volvimos a recogerlos, bajamos y fuimos al tren. Milton dijo “vamos corriendo porque vamos a perder el tren, tú ya vas tarde”, y cuando llegamos apuntó: “Corre Nilsa, si va lleno no te subas, espera al próximo, porque ya has perdido el de las 7.30”.

Estando ya en el andén apareció otro tren que también se había retrasado, Jennifer se despedía de Milton, alzaba su mano y decía adiós, porque Milton no venía con nosotras, él cogía el tren que va a Vicálvaro, donde trabaja. 

En el vagón nos encontramos con Mª Dolores. Ella y yo nos ponemos a conversar. A Jennifer siempre le gustaba ir sentada en el mismo sitio: cerca de la papelera, pero hoy no ha querido, me ha dicho “no me quiero sentar ahí, mami, me quiero sentar aquí” y se ha sentado en las escaleras de salida. Yo iba de espaldas y mi amiga agarrada a la barandilla. Cuando el tren arrancó parecía un día normal.

Conversábamos sobre juguetes, mi hija iba diciendo algo sobre un juguete que le gustaba. Mª Dolores se agacha un momento y yo veo como se apagan las luces y escucho un sonido, como que había estallado algo, pero yo no sé qué es. Ahí explosionó la bomba. En el mismo vagón nuestro. Nosotras íbamos en la tercera puerta, de espaldas.

Parece como si estuviera soñando, no puedo creer que esté tumbada en una cama, todo es un mal sueño, un mal sueño en el que he perdido a mi hijita. “¿Dónde está mi hijita?,¡He perdido a Jennifer!, ¡Busquen a mi hija, por favor!”

Apenas puedo recordarme a mi misma llamando a Milton después de la explosión para decirle “”Milton, cariño, no encuentro a la niña. Qué pena tan grande”. Tampoco puedo recordar que había tenido a mi lado a un señor llamado Euclides al que le decía repetidamente “Por favor, busque a mi hija de tres años, la perdí. Se llama Jennifer, es morena, con el pelo rizado. Vestía una casaquita rosa…”.

Mª Dolores intenta levantarme del suelo pero la pido que no lo haga “no me levantes, que me duele mucho la espalda”… sigo reclamando a mi hija y no quiero escuchar que Mª Dolores me ha dicho que ha encontrado a Jennifer… no quiero creerla, no me dice la verdad: Mi hija está muerta.

Me llevan al Polideportivo de la calle Téllez para hacerme las primeras curas. Tengo una brecha en la ceja y otra en la cabeza, me duele todo el cuerpo. No sé lo que está sucediendo. Les escucho, les contesto, pero no sé qué me está pasando. No tengo ni idea de cómo pero les doy el número de teléfono de Milton y el de mi trabajo.
En el polideportivo deciden trasladarme al Hospital de La Paz. En la ambulancia pregunto a cada momento: “¿llegamos, llegamos?” y el conductor me dice: “espera un poquito, tranquila”. 

Me meten a operar y ahora estoy aquí, en esta habitación tan blanca…

Mientras tanto Milton había estado buscándome por todos los hospitales, pero no le daban información. Él se enteró del atentado en Santa Eugenia, su jefe se lo dijo. Volvió a casa y mi sobrina le llamó diciéndole que yo estaba en el hospital por culpa del atentado. Ella se había enterado porque la llamaron de mi trabajo, yo había dado su número de teléfono como contacto.

Me dicen que mi hija está viva, pero yo no los creo, “Si yo estoy así, estoy tan mal que me duele todo, mi hija no está viva”, pienso una y otra vez. Es una sensación que tengo, les digo que todo es mentira, que me están mintiendo, que me lo dicen para que me ponga bien, pero las enfermeras insisten: “tu hija tiene el pelo muy largo, es muy gordita…”, entonces empiezo a creer que Jennifer estaba bien, pero solo un poco.

Me llevaron a Jennifer al hospital días después, la psicóloga dijo que me la dejasen ver, que me ayudaría a mejorar. Me acuerdo que fue con mi marido, y ahí la vi. Ese momento fue como volver a parir a mi hija, yo decía “la estoy viendo, mi hija está bien”.
Al principio ella me abrazó, pero después se asustó, porque yo estaba llena de tubos y cables y máquinas y llevaba una bata muy fea, me decía “mamá, ¿por qué no te pones tu ropa?, esta bata te queda feo”.
Mª Dolores la había encontrado momentos después de la explosión. La niña había estado deambulando entre los cadáveres y los heridos. Debió caer de las escaleras en las que iba sentada y se quejaba de dolor en la pierna. Mª Dolores la dejó a cargo de una chica española para comunicarme que mi hija estaba bien, pero se escucharon otras explosiones y ella corrió a ponerse a salvo junto a la niña.
Después sacó a Jennifer por televisión porque en esos momentos no recordaba el apellido de mi marido y quería que supiéramos que la niña se encontraba perfectamente. 

Durante los días que estuve en el hospital vinieron a verme personas que no me conocían de nada, entre ellas una señora, se acercó a mi habitación con un gran ramo de flores y me dijo “Me llamo Isabel, vivo en Alcobendas, he leído lo que te ha pasado en la prensa y me ha impactado tanto que necesitaba venir a verte, quería conocerte porque tu historia me ha llegado muy hondo”. En esos momentos yo añoraba a mi madre y ella me proporcionó ese cariño que yo necesitaba. Fue su constancia lo que hizo que naciera nuestra amistad, ella venía a verme todos los días que podía. Me
resultaba muy hermoso pensar que una señora que no me conocía de nada se preocupase tanto por mí. Su cariño, su comprensión me han ayudado mucho, a pesar de tener cerca a mi familia ella ha sido un gran apoyo, por eso es que yo la digo que es como mi madre.

Nadie quiere decirme qué ha pasado, me he enterado por unos periodistas. Cuando me lo han contado se me ha derrumbado todo, aunque realmente no me doy verdadera cuenta de la situación, del peligro en el que he estado.

Fue después, cuando salí del hospital cuando entendí el peligro que habíamos corrido mi hija y yo, porque mientras estuve en el hospital recibía muchas visitas, estaba con mi familia y mis amigos, no era tan difícil, lo difícil comenzó cuando salí del hospital.

Nilsa Arrobo, ecuatoriana, 32 años, casada y con una niña de 3 años. Ellas dos sufrieron el fatídico atentado del 11 de marzo de 2004. Sus secuelas, irreversibles, para toda la vida: Heridas en la ceja y en la cabeza, varias costillas fracturadas, tímpano izquierdo roto, perdió el bazo y sufre hernia de disco, visión doble periférica,y pérdidas de memoria. En cuanto a las psicológicas: “Me da pavor coger el tren, de hecho, no he vuelto a cogerlo en la estación que está al lado de mi casa, voy en autobús y después cojo el tren desde Méndez Álvaro hasta Atocha. La psicóloga me dice que debo intentarlo, pero no puedo… A Jennifer, cuando voy a recogerla del cole, le pregunto ¿quieres ir en autobús o en tren? y si está de buen humor me dice que en tren y si no, me dice “mamá, mejor vamos en autobús”.

“La niña lo recuerda todo, al principio lo hacía con pena, con miedo, pintaba trenes despedazados y gente herida, ahora ya no, ahora me mira la barriga y me dice “mami, ¿a qué estás herida? pero yo, aún así, te quiero”.
Hace poco estábamos en la estación de Atocha y las puertas del vagón empezaron a abrirse y a cerrarse una y otra vez y Jennifer empezó a decir “mamá, este tren va a explotar”, y yo le contesté que no, ella me dijo “júrame mami que nunca va a volver a pasar”.

“Psicológicamente ha madurado mucho, se preocupa de cosas que no son propias de una niña de su edad, de que todo esté limpio, de que yo esté bien, de mis citas con el médico, me dice “mamá, hoy tienes médico, te acompaño”.

“Todo ha cambiado en mi vida. Cuando salí del hospital necesitaba una persona para que me cuidase a mí, a mi hija y a mi marido. Yo no podía hacer nada sola. Me sentía muy deprimida, porque no podía hacer las cosas que siempre había hecho. Tampoco puedo trabajar, sigo de baja. Siempre estaba muy activa. Tenía mucho que hacer a lo largo del día, me levantaba, llevaba a mi hija al colegio, me iba a trabajar, a veces no me daba tiempo a comer, pero me daba igual porque me sentía viva. No es como
ahora, que me paso el día en la casa, a veces me deprimo mucho porque estoy aquí. Esta soledad es la que pesa más”.

Mi hija y mi marido me dan fuerzas para seguir, porque sin la ayuda de ellos no sé qué habría sido de mi, y también el apoyo de mis amigos, de Isabel, de Paca (que es otra señora que vino a verme al hospital) , de Euclides y mi familia, que siempre está pendiente.

“Me han ofrecido la nacionalidad española, pero solo para mí y a mi hija, no a Milton”.
“En cuanto a la comisión de investigación, creo que tanto un partido como el otro se lavan las manos, no les importamos nosotros como víctimas, solo se echan la culpa unos a otros. Nosotros solo somos un número. No creo que sirva de nada, si hubiera sido una comisión de personas independientes, que no tengan que ver nada con un partido… a lo mejor se podría llegar a alguna conclusión”.

“Quiero dar las gracias a todas las personas que ese fatal 11 de marzo me ayudaron, el SAMUR, el conductor de la ambulancia, los médicos, la gente que estaba allí. Gracias a ellos estoy yo hoy aquí. También quiero darle las gracias a esas personas que se han acercado a mi sin conocerme como Isabel, como Paca, que de una u otra forma me han apoyado en momentos difíciles, dónde yo más lo necesitaba”.



5 de marzo de 2013


Son gatos hambrientos comiendo despojos

y te avisan: tu vida llegará más tarde.
Sotanas tristes abandonan el cementerio,
callando los cantos.
Muelles y risas recorren el camino
y cuando no se oye nada
atraca la furia del ciego a

la tarde sin espinas.


29 de enero de 2013


Otra vez la frase equivocada. Otra vez silencio incomodo durante varias horas delante del televisor. Otra vez el beso forzado antes de dormir. Todo eso hizo que brotase de sus ojos una lluvia desconsolada. Otra vez la disculpa a destiempo. Otra vez de rodillas en el suelo mirándola suavemente. Otra vez el perdón.



¿Por qué? Porque le ama.

24 de enero de 2013


El jarrón lleno,
rebosante de flores.
Soles o mejillas,
pétalos naranjas,

silencio y miel.


11 de enero de 2013

Se levantó sobresaltado de la cama, acababa de oír un descomunal clic. Todavía era de noche y no se veía nada. Ante tanta oscuridad se asomó extrañado a la ventana. Alguien había apagado la Luna.

26 de diciembre de 2012



Andaba escondiendo baladas,
sangrando en charcos que
no eran suyos,
utilizando lanzas de piedra
y otros condimentos que,
como aliados,
buscaban el trabajo perfecto.

Esa terrible culpa,
asida sobre nada,
que siempre nos condena,
le había hecho más fuerte,
ya no sentía las patadas.

Caballos, farsas, vómitos…

Ahora ya puede remontar el pavor,
y, sin sacrificio, romper
el cascarón de ola en el que amaneció,
un día.

19 de diciembre de 2012


Mis 2 regalos para vosotros 2: 

Un futuro gran hombre 
(como su hermano y su padre)
 y otro, 
un angelito AÚN sin sexo definido.

11 de diciembre de 2012



Algunos alfileres azules,
todavía entre mis manos,
juguetean.

El hielo se apodera de
los granos de arena que recorren mi espalda.

Manos húmedas,
burbujas sin sabor,
silencio de lágrimas.

Las dudas,
en gotas de mar,
me buscan,
pero el agua está tan fría…


29 de noviembre de 2012


Ella se acercó suavemente y yo la esperé cual galán de película en blanco y negro.


-¿Bailas? - Preguntó con voz aterciopelada.
- Por supuesto – respondí.


Descubrí entonces que tenía dos brazos.

20 de noviembre de 2012


Demolida,

con una gota de bruma,
le dejó pasar.

Y él, sombra serena,
entró como inerte,
percibiendo su rigidez sedosa.

Sus párpados anunciaban
una fuente sin lluvia,
un rizo mortal,
un espejo marchito.

Intentó entonces desbaratar sus planes:
Se acercó y la besó, una sola vez,
como un novio antiguo.

Quería seguir escribiéndola con humo…


No hubo respuesta.


13 de noviembre de 2012


Estaba oscuro. Sus manos no reconocían el terreno. Enfocaba con la mirada pero no conseguía ver nada. Un líquido viscoso le rodeaba. Estiró un poco más el brazo y palpó algo.


Al otro lado de la tela que le envolvía pudo reconocer un bulto redondo que le resultó familiar. El bulto se removió cuando sintió la presión de la mano y respondió de la misma manera: tocando.

No estaban solos.

Su pensamiento voló veloz y su boca se abrió para preguntarle:

 “¿sabes dónde han guardado nuestras alas?”.
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En la semana 12 de embarazo el cerebro del bebé está terminando de desarrollarse y ya se han formado las cuerdas vocales.


6 de noviembre de 2012


Escribo en un estanque.


La abuela pinta canciones de caramelo
y cose retazos de alma a dulces
con forma de botón.

Recuerdo su cesta de la costura repleta
de sueños de naranja y cortinas a medio
terminar.

Allí,
donde nuestros abuelos pusieron una a una
las piedras de la casa,
ahora se deslizan los recuerdos entre caracoles,
sembrando estrellas
con bolsas de la compra.


30 de octubre de 2012



Un agradable cosquilleo recorrió mi cuerpo cuando me acerqué a él: 
Olía a lluvia.

Mi mente me transportó a aquellos días de botas katiuskas, hondos charcos para pisar y resfriados porque si.

Recuerdos llenos de gotas de agua que me recorrían la cara mientras corría por el parque y oía a mi madre gritar que usara el paraguas… ¿Qué lo usara para qué? ¡Ah, ya! Para recoger más lluvia y poder regar a mis amigos con ella, ¡qué gran idea!.

Sensaciones ya casi olvidadas pero que afloraron tan rápido que me dieron vértigo. Pero del bueno, del que se disfruta, como cuando montas en una montaña rusa y tu estomago sube y baja al compás de las sacudidas.

Se giró al notarme tan cerca y me sonrió. 

Ya era suya.



23 de octubre de 2012


Había pasado más hambre

que un lagarto reflejado en un espejo.

Su voz,
ásperos cubitos de rayos de sol,
nos acarició en la penumbra,
una y otra vez.

Letras, juegos, trampas, telarañas…
todo: su soledad

En el pupitre,
mentiras de media asta que truenan
y son escuchadas
entre semillas del silencio


Dedicado a Antonio Orozco.



16 de octubre de 2012


Es aún de noche. Tengo tanto sueño que no soy capaz de reaccionar. Me levanto intentando pisar primero con el pie derecho (una es pelín supersticiosa) y voy al baño.

 Me miro al espejo y me doy cuenta de que “poco puedo hacer” para arreglarme… menuda cara.
Después del aseo diario matutino, voy directa a la cocina. Mi desayuno ya está esperándome en la mesa… “Gracias, eres un amor”, junto con un beso ésta es mi respuesta.


Recojo y vuelvo a la habitación. “A ver que me vale hoy…”.
 El armario empieza a ser un suplicio para mí y mi cuerpo pero, al final, ¡sorpresa!, consigo encontrar algo que me encaja con el humor.

Ventilo un poco y hago la cama, todo listo para realizar la tarea más gratificante de la mañana: DESPERTARLE

Me acerco y le acaricio la cabeza, se remueve y tiembla como un pajarillo atrapado en un puño.

Pobre, es tan temprano…

9 de octubre de 2012


El árbol se sacude con coplas y piedras,
parece que se va a vencer, como yo,
que de madrugada ahogo las sábanas
y acuno sueños.
Desde lo alto, el fuego reza hasta que sus dedos
retornan al lecho de cerezas, de cristal.  
El cosquilleo sacude la
Vida y nuestras gotas de agua se agitan afónicas.
Zozobran mis labios,

pero robaré el mundo por ti.


2 de octubre de 2012


Los críos correteando mientras intentan llegar los primeros y subirse al tobogán por dónde no deben. El sonido del viento meciendo las hojas que todavía le quedan al árbol que me da un poquito de sombra.



Todo me molesta, todo me inquieta, todo.

El banco, el parque, la papelera que tengo a mi izquierda, la fuente que está a la derecha, la señora que vende pipas con su cesto repleto de chuches, las llamadas desesperadas de las madres para que Fulanito y Menganito dejen de correr y vengan a por otro trozo de sándwich - porque ahora los niños comen sándwiches,  nada de bocadillos de pan como Dios Manda -. Una y otra vez me ronda la misma pregunta.


Creo que he pasado la mitad de mi vida esperando.



26 de septiembre de 2012


Junto a las brasas,

un anciano se calienta el alma.
En su mirada mezcla
cenizas y alubias.

Monjas con bolsas dibujadas de pistolas
colman su soledad.                                                                                 
Hermanas de sangre que,
con sus uñas
como gotas de hueso,
le atormentan con sus quebrantos.

Pero él responde
desde la cordura del olvido:
"Conozco ya las sombras
porque nunca se acaban".

Con calma,
abandona la escena.




18 de septiembre de 2012




Era una mañana fría y las maderas de la casa gruñían dando a entender que dentro de nada todo se vendría abajo.

Como su vida

Había regado con puñados de ceniza cada uno de sus momentos, y, en la soledad de sus noches, termi    naba vanagloriándose ante su sombra de todo lo que había conseguido estropear.
Era lo único que podía hacer, fanfarronear de "lo bien que lo estaba haciendo", de la existencia tan cojonuda que estaba llevando y de su mayor certeza: LA RECOMPENSA (con mayúsculas y subrayado) que le estaría esperando cuando llegara al otro mundo.
Todos los días, al levantarse, dejaba caer los pies en el suelo de la habitación y exhalaba un mísero suspiro de autocompasión: "milagro - pensaba - sigo vivo".

No le tenía miedo a la muerte, pero si.




11 de septiembre de 2012




Halos de hormigas
me recorren el cuerpo,
han olvidado sus panfletos.
Eras de sangre
y murmullos secos
inmovilizan la
neblina.
Busco consuelo,
un manto
en la orilla
que borre la epidemia.
Tañidos en sacos
sabotean mis letras.

10 de septiembre de 2012



No quería levantarme de la cama, se estaba muy a gusto arropadita con la sabana.

Llamaron a la puerta de mi habitación. Alguien que no era mamá asomó la cabeza y me dijo: “Arriba, hay que levantarse para ir a colegio”.
Era MariCarmen, la vecina.
-¿Y mi madre? - Pregunté.
-Tu madre ha tenido que marcharse, la hermanita viene ya de camino. Tu padre ha ido con ella-.
-¿Y quién va a llevarme hoy al cole…? – Hice pucheros mientras pensaba “menuda desfachatez por parte de mi hermanita, presentarse así, sin avisar”.
-Yo te llevaré, como tengo que llevar a los míos…-
Me levanté y me fui a desayunar, eso sí, con el ceño fruncido y subida en el carro de las chufas: “Se va a enterar ésta de lo que vale un peine”.

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Dedicado a la oportuna de mi hermana, a la que se le ocurrió la gran idea de nacer un 16 de septiembre, “traumándome” para toda la vida por vivir un primer día de curso sin mi papi ni mi mami…
Pero, jejejejeje, cada uno tiene lo que se merece, ya que se ha visto obligada a celebrar su cumpleaños el primer día de cole hasta que el 16 de septiembre se “desinstitucionalizó” (traducción del palabro: que dejó  de ser el primer día de curso).

Eso te pasa por venir sin avisar… mira Gila, nació y como no había nadie en su casa, (seguro que su madre había ido a dejar a sus otros hijos en el colegio) esperó hasta que ella llegó y ya se anunció “máma, que ya he nacido”.


Ése sí que es un nacimiento como Dios manda.

4 de septiembre de 2012



PEQUEÑA RESEÑA BIBLIOGRÁFICA.


Carmencita. 
Nacida en 1977.
Desde pequeña alimentó una gran pasión por la lectura y la redacción de todo tipo de textos literarios.
Licenciada en Ciencias de la Información (Rama de Periodismo) por la Universidad Complutense de Madrid.
Actualmente casada y con un niño de 4 años. 
Compagina sus labores como auxiliar administrativo con su verdadera vocación: escribir.


Sus aspiraciones, sencillas: plantar un libro, dar a luz un árbol y escribir un niño... de las cuales, ya ha conseguido dos, aunque mejor no especificar cuáles.

28 de agosto de 2012



Aquí van a suceder cosas...

Si... cosas, pero... ¿qué cosas?

y yo que sé, pues cosas en general...

ya, pero es que pueden ser cosas de muchas clases, pueden ser paraguas sin varillas o sacos sin venas o quien sabe, pueden ser serpientes de tela enmarañada.

Anda, que solo dices tonterías, como van a ser de ese tipo, a mi me da que van a suceder cosas raras, o de color oro.


No sé yo, muy segura te veo, pero las urracas gritan vientos y no oigo mis pasos por el monte.

Tú y tus pensamientos, ¿por qué tendría que salir mal ?

¿Y por qué tendría que salir bien? el mundo es tramposo y los bosques silban y se quejan, ¿no lo ves?

yo veo alas, veo luces, veo brillos, veo espirales de chocolate...

Mira, no quiero seguir sangrando, devolvamos los peces al agua, calmemos el sol y vivamos tranquilos

Si, pero yo sé que van a suceder cosas...

21 de agosto de 2012



Querida mía;

Hace mucho tiempo que no te contaba sobre mi vida.
Realmente nada ha cambiado tanto como para ponerme a relatarte, pero esta mañana me he levantado mística y he sentido la necesidad de plasmar mis pensamientos y enviártelos.

Considéralo un regalo inesperado, como lo son estas cartas a destiempo, que apenas nadie recibe ya porque andamos tan preocupados por la velocidad que no sabemos apreciar el ritual de escribir, enviar, recibir y abrir (para mi, momento más intenso de todo el proceso) una misteriosa misiva.

Todavía se me pone el bello de punta al recordar la emoción que se siente: coges el sobre, lo miras y remiras, lo tocas para ver que es real y te dispones a adivinar quién te la ha mandado, porque lo mejor de todo es ese halo enigmático que rodea a toda carta sin remitente.

Rasgas el cierre del sobre, unas veces con cuidado, no se vaya a derramar la magia,  y otras veces a lo bestia, porque quieres saber qué ha pasado en el mundo tan sumamente importante como para recibir “este arcaico presente”.

Buscas la firma al final de la misma, la curiosidad siempre ha matado al gato, y tras comprobar que es de alguien del que no sabes nada desde hace siglos empiezas a leer con una mezcla de nerviosismo y gratitud.


Tras terminar la lectura la paz envuelve todo tu cuerpo y sientes la necesidad de coger papel y bolígrafo y devolver ese gran regalo a la persona que te lo ha hecho…. mientras, te preguntas: 


¿por qué no se escribirán más cartas desde las nubes?.

18 de agosto de 2012





Lágrimas de paja 
sacuden las sillas, Marte, el río... 
La piel muerta de las sábanas 
tiñen el corazón y los ojos, 
se vacían. 

El caer de las piedras.

Me obsesionan 
los pájaros que sangran colores y 
contemplan esos nudos de barro.
Los rezos arden, 
me tocan.

Sí, estoy bien. 

17 de agosto de 2012





Siempre me ha fascinado ese agujero en la cortina. ¿Qué le habrá llevado a mi madre a no querer remendarlo?
 Ella que siempre anda con la aguja y el hilo cosiendo los tomates que una y otra vez nos salen en los calcetines por el roce de las botas.
Ella que siempre se jacta de tenerlo todo perfecto y que presume de no dejar pasar ni una, como cuando entra en nuestro cuarto y encuentra “escondidos” en vez de “colocados” todos los juguetes que no nos ha apetecido guardar.
Ella que va tan bellamente maquillada y vestida que parece que siempre va de boda (que guapa es!!) y que cuando salimos nos viste como si fuéramos a conocer al Rey.
Ella que “invita” a mi padre a que recoja la mesa para “dar ejemplo” y termina haciéndolo ella porque no lo hace “Como Dios manda”.
No lo entiendo, ¿por qué seguirá ahí ese agujero en la cortina?

16 de agosto de 2012



¿Dudas?
Si, las cruces han huido de las zarzas,
los montes gimen 
y lloran las dormidas 
por aquellos Santos rotos.
¿Tienes miedo?
No, he apagado mi sed 
tras el tronco que ya no respira.
¿Te marcharás?
Tal vez, pero antes voy a leerte un poema
que nunca escribí.

14 de agosto de 2012




violeta


Todavía tenía sueño cuando el despertador sonó aquella mañana. Saqué el pie perezosamente de la cama y noté cómo se me congelaba al instante... pude ver como cambiaba de color hacia un tono morado... ¿EXAGERADA yo? ¡NUNCA!.
Decidí hacerme la remolona durante unos minutos más y darme tiempo para acostumbrarme a la situación.. "¡Dios, qué mal llevo levantarme por las mañanas!".
El despertador volvió a sonar y ya no hubo excusa. Salté de la cama y cuando mis pies tocaron el suelo, noté una sensación extraña,  realmente se habían tornado de color violeta... me restregué los ojos y después me pellizqué el brazo para saber si seguía dormida, pero no...el tono violeta tambiçen era el color de la piel de mis manos y mis brazos... TODA YO ESTABA MORADA.
Me acerqué atropelladamente al baño y me miré al espejo... mi cara: violeta, mi cuerpo: violeta, mi pijama: VIOLETA también, el baño morado... ¿EL BAÑO?.
Asomé la cabeza para ver con incredulidad que toda mi casa había asumido la monocromía púrpura sin ningún tipo de remordimiento de conciencia.
"Esto no puede ser" pensé "Debe ser un sueño" y me volví a pellizcar tan fuerte que sangré... y la sangre era morada...
La calle, la calle era mi única esperanza para recuperar o perder del todo la cordura. La ventana sería el último testigo, el que determinara la veracidad de todo lo que me estaba pasando...
¡MORADO!¡TODO ERA MORADO!, la gente, los coches, los árboles, los parques, las fuentes,los perros, las aceras, la calzada... ¡TODO!
¿Qué podía haber sucedido? ¿Dónde podía radicar el problema? Ayer, cuando apagué la tele a las tantas (ahora entiendo el por qué de mi cansancio) todo tenía su color habitual; es decir, las naranjas eran naranjas; mi sillón, rojo; el pijama, azul; las paredes, amarillas y el baño, verde. ¡Ah! y mis carnes serranas de un color pálido enfermizo  (más blanca que la leche soy), lo recuerdo muy bien, aunque iba zombie de camino a la cama, pero yo juraría que la policromía reinaba en el mundo... entonces... ¿qué ha podido pasar?.
Mis ojos volvieron otra vez al cristal... PÚRPURA de la ventana y pasearon por el paisaje morado. De repente, vi algo que me sobresaltó: un hombre me observaba desde la calle y parecía sonreírme, pero lo más sorprendente de todo era que iba vestido con un mono de trabajo completamente blanco y portaba una especie de maletín. Me hacía gestos y creí entender que quería subir a mi casa, la verdad, no sé para qué, pero como la intriga siempre ha podido conmigo le dije que si con la cabeza.
El hombre no tardó mucho en llegar al umbral de mi puerta morada. Cuando abrí pude comprobar que las baldosas del descansillo también eran violetas... ¡Qué locura!.
Entró en casa y cerró la puerta muy despacio, no había dejado de sonreír y eso me tranquilizó.
Abrió su blanco maletín, dentro no había nada, pero él empezó a hacer gestos y movimientos con las manos, como si cogiese cosas y las dejase sobre el suelo morado. Lo hacía lentamente, como si lo que estuviese depositando fuese muy frágil.
Cuando terminó, movió los brazos como quien muestra un tesoro y volvió a sonreír.
Yo me acerqué al maletín con cuidado y me agaché cerca de donde él había colocado su "muestrario".
Él cogió una de las piezas y la dejó caer en mis manos... ¡aquello pesaba mil demonios!.
Tuve que dejarlo en el suelo porque además quemaba una barbaridad.
Intenté coger otra de las piezas, pero no daba con ninguna hasta que me di cuenta de que aquel hombre tenía los ojos cerrados.
Cuando cerré los ojos sentí una sensación de calma total, acerqué mi mano y toqué algo... UNO DE LOS OBJETOS DEL HOMBRE DE BLANCO... tenía una forma extraña, con grandes y suaves redondeces y una rugosidad parecida al granito que no había sido pulido aún.
La pieza estaba fría pero al contacto con mi mano empezó a cambiar de temperatura hasta que tuve que soltarla porque ya no aguantaba más el calor.
Abrí los ojos, fue un acto reflejo, y entonces vi que el hombre había desaparecido, pero su maletín seguía allí.
Volví a cerrar los ojos y guardé todas las piezas que pude encontrar, después cerré el maletín y abrí otra vez los ojos.
¿Qué haría ahora con aquello? Lo arrastré hasta el dormitorio y lo escondí debajo de la cama, no quería que nadie lo encontrase.
Me vestí y salí a la calle. Todo el mundo se comportaba como si ser de color violeta fuese de lo más normal del mundo, yo, sin embargo, me sentía como un arándano con patas y bufanda enrollada al cuello.
Horas más tade llegué a "mi morada" y tras despojarme de mi amiga la bufanda, fui a ver si el maletín seguía donde yo lo había dejado... efectivamente, allí estaba.
Lo abrí y me sorprendí, ahora is podía ver las figuras que éste contenía, eran una especie de grandes bolas de colores... ¡UN MOMENTO! ¿DE COLORES?... si, de colores, allí estaba el rojo, el verde, el amarillo, el azul...
Miré a mi alrededor y todo se tiñó de color, mis paredes volvieron a ser amarillas, el edredón blanco y mi pijama, tirado en el suelo desde la mañana, azul.
Me metí en la cama, cerré los ojos y pensé: " A ver de qué color nos levantamos mañana".

13 de agosto de 2012




añil


Él era bajito cual tapón de botella descorchada, con una gran barriga producida por la cantidad de cerveza ingerida a lo largo de su larga vida, también era calvo y feo, pero eso le venía de familia.
Él era un tipo sin suerte, había perdido en una de sus innumerables timbas de pocker su trabajo de enterrador, su casa, sin muebles porque Hacienda se los había embargado, su coche, un seiscientos que no pasaba la ITV desde el 89 y a su novia, la pobre vivía ahora en el harén de un jeque.
Hasta su perro le había abandonado (y eso que dicen que los perros son los mejores amigos del hombre).
Lo único que le quedaba en la vida era su madre, una señora de 80 años que le mimaba mucho.
Un día, su madre apareció en casa con unas extrañas pastillas que había comprado en la farmacia:
- ¡Juan Jesús! ¡Ven aquí hijo mío de mi alma!- gritó.
- ¿Qué quiere madre? – Respondió él - ¡Déjeme morir de pena!.
- Mira lo que te he comprado, unas pastillas donde la Milagros, dice la Milagros que sirven para alegrarte el cuerpo o algo “asín” .
- ¿Pero que dice madre? – dijo Juan Jesús – ya le han vuelto a engañar… o lo que es peor, seguro que le han vendido extasis… si es que no se la puede dejar sola y con dinero…
- Que no hijo, que me ha dicho la Milagros que a su Pepe le han “cambiao”  la vida – insistió la madre.
- Bueno – dijo él – por probar no pasa nada.
Ese mismo día Juan Jesús empezó a tomar las raras cápsulas con sabor a añil antes de las comidas mientras soñaba con su vida anterior, la mejor que él había conocido.
A la mañana siguiente Juan Jesús se levantó de la cama porque oyó los ladridos de un perro conocido, era Sansón el que arañaba la puerta. Ante aquella sorpresa inesperada Juan Jesús se echó las manos a la cabeza y toco algo desconocido… ¡PELO!... si, pelo rubio cubría su cabeza.
Tan impresionado estaba que fue corriendo al baño para mirarse al espejo y al llegar a la puerta se dio con el quicio… ¡TAMBIÉN HABÍA CRECIDO!...
Al mirarse y ver su reflejo no pudo reprimir un grito… ERA GUAPO… ahora se parecía a un actor de las telenovelas… cuando lo viera su madre…
Mientras se lavaba la cara para despertarse del sueño sonó el teléfono. Lo cogió:
- ¿Don Juan Jesús Ribagorda Segura, por favor?
- El mismo.
- Mi nombre es Alberto Peña del Monte de la Oca, trabajo como asesor de “futuros grandes talentos no reconocidos por descuido” en la empresa  de alta colocación TELE-EJECUTIVOS. Me pongo en contacto con usted porque el Banco de Finanzas e Inversiones ha consultado su extenso y variado currículum vitae y quiere ofrecerle un cargo de gran responsabilidad, con casa y coche incluidos en la oferta, por supuesto.
Juan Jesús se puso como loco y antes de colgar creyó oír que el hombre le decía que una secretaria se pasaría por su casa para que firmase el contrato y pudiese incorporarse de inmediato.
Alguien llamó a  la puerta y cuando Juan Jesús abrió se fijó en que su barriga había desaparecido y que la chica que estaba delante de él era la más hermosa que nunca había visto.
El romance nació.
VOZ EN OFF: Tome Reconstituyente corporal ALEHOP… su vida cambiará SEGURO.

- ¡¡¡ CORTEN !!!.Ya era hora de que saliese bien el condenado anuncio – bramó el director.


12 de agosto de 2012




azul

Abrió el cuaderno y comenzó a escribir como los locos. Las ideas se agolpaban en su mente, no podía parar de anotar… “por fin las musas le habían pillado con papel…”.
De repente algo le frenó en seco, acababan de empujarle.
La libreta se precipitó al suelo del autobús y al agacharse, la pluma se abrió y la tinta  azul empezó a chorrear...

Dita mala suerte!!!!.

11 de agosto de 2012

Señor... lo que hay que inventar para que los niños coman...

10 de agosto de 2012




amarillo



Los platos en la pila, sucios, con granos de arroz pegados desde hace días, la cama sin hacer, la lavadora explotando de ropa: todo patas arriba… Todo salvo su despacho.
Entré allí y una sensación de calma invadió mi cuerpo. Me senté. Delante su mesa, sus papeles, sus bolígrafos, su esencia… y nuestra foto… Dios, cuánto la echaba de menos…
Entonces tomé una de las decisiones más duras de mi vida, cogí papel y una de sus estilográficas favoritas y comencé a escribir:

Querida Silvia:
Quisiera empezar esta carta diciéndote que lo siento, que en mi vida pensé que pudiera hacerte lo que te he hecho… pero no puedo…no puedo mentirte una vez más y decirte que me arrepiento de todo, del infierno en que he convertido nuestras vidas… no puedo engañarte una vez más con falsas palabras.
No, me niego a seguir con una farsa que dura ya demasiado tiempo, para ser más exactos…2 años.
Sé que lo que estoy haciendo es una canallada, que tú no te lo mereces, pero siento que es mi deber terminar con esto de una vez por todas contándote la verdad.
Nos conocimos una tarde de invierno, llovía y yo te esperaba, como siempre, en nuestro café.
Sonó mi teléfono, una reunión a última hora te retenía en el despacho, como siempre, algo sobre un cliente importante o una fusión importante o una majadería importante ¡qué más da!, a penas te escuchaba.
Mi cara debió parecerle toda una declaración de intenciones, tal vez le di lástima, el caso es que Carmen se acercó y me ofreció un cigarrillo.
Estuve a punto de decirle que no fumaba, pero ¡qué demonios!, decidí empezar en aquel mismo instante, quería ser otra persona y sentí que fumar me convertiría en alguien nuevo.
La invité a sentarse.
Tomamos otro café, otro pitillo, otro café, otro pitillo. Me contó que trabajaba con niños problemáticos  y eso la dotó de un aura especial, la forma que tuvo de tratarme me desarmó y todo sucedió muy deprisa.
Empecé a depender de ella y tú me lo ponías fácil, tus miles de reuniones, viajes, cenas de negocios, comidas y fines de semana de trabajo extra me daban vía libre para estar con ella.
Paseábamos por el parque, visitábamos exposiciones, asistíamos a estrenos de teatro y fiestas…todo lo que antes deseaba hacer contigo podía llevarlo a cabo con ella…y tú parecías tan contenta con mi cambio de actitud que pensé que había conseguido una relación perfecta… ¡qué equivocación!...lo que realmente tenía era dos relaciones imperfectas… pero me di cuenta demasiado tarde.
Carmen empezó a demandar más tiempo, se hizo más posesiva y los celos aparecieron, de repente yo debía ser solo para ella, no quería compartirme, no quería que te nombrase y se ponía mala sólo de pensar que yo tenía que volver a nuestra casa para dormir contigo.
Esta época coincidió con un cambio por tu parte ¿recuerdas?, tu trabajo comenzó a importarte menos y yo más, nuestras salidas nocturnas aumentaron y con ello la locura de Carmen…me acusaba de tenerla de segundo plato, de ser las sobras. Una y otra vez me decía que acabaría abandonándola porque tú habías vuelto a quererme, entonces comenzaron las llamadas anónimas y los regalos extraños…
Tenía que pararla, no podía dejar que ella terminase contándotelo todo como amenazaba cada vez que nos veíamos y tu viaje a Berlín me dio la oportunidad de “arreglarlo” todo.
La llevé a una casa rural en las montañas, le gustaba ese sitio, el pueblo era pequeño y nos habían tomado por una pareja moderna más, eso le encantaba…allí no era la otra, no tenía que esconderse, allí era LA ÚNICA.
Intenté explicarle que lo nuestro tenía que acabar, pero ella no cedió un ápice y siguió con sus amenazas… “Se lo diré todo” decía una y otra vez mientras vaciaba otra botella de vino.
Las escaleras terminaron la historia… ella estaba demasiado borracha y tropezó… TE LO JURO…
Silvia, cariño, ella se cayó por las escaleras, yo no la empuje, me he cansado de repetírtelo y de que tú no me creas.
Voy a cerrar ésta, mi confesión, y la llevaré al buzón amarillo que hay en la esquina…quizás, si lo lees de mi puño y letra te convencerás de mi inocencia… aunque puede que para entonces sea demasiado tarde… no me llevará mucho tiempo desaparecer de tu vida…lo que tarde en reunir fuerzas.
Quiero que sepas que siempre te he querido y que no puedo justificar con tus ausencias mi infidelidad, las cosas pasan porque las personas quieren que pasen…NO HAY EXCUSAS POSIBLES.

Un beso muy grande, mi amor
Tuya…
Laura.


9 de agosto de 2012




naranja


Brzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz
Brzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz (una)
Brzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz
Brzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz (dos)

Mxerdx! Me he quedado sin naranjas... con lo que me apetecía un zumo.

Decidido, desayuno fuera de casa!


8 de agosto de 2012




rojo

La casa estaba en silencio, los hombres de la mudanza habían recogido los últimos muebles y se disponían a salir de lo que días antes había sido un hogar.
Los dueños, alterados por lo sucedido, habían decidido marcharse lejos para olvidar, o por lo menos para intentarlo, porque nunca podrían olvidar aquellos penetrantes ojos que rasgaban la piel al mirar, nunca podrían olvidar aquella pistola que les apuntaba al pecho mientras aquel hombre se comía tranquilamente un sandwich de jamón y queso. Todo eso quedaría grabado en sus memorias, pero tenían la esperanza de que si se alejaban de todo lo que les recordase aquella noche podrían empezar de nuevo.
Fue el 20 de abril, Clara estaba en el porche de la casa, acunaba con dulzura a su bebé recién nacido mientras esperaba a que llegase Manuel.
Su vida había sido siempre fácil. Hija de buena familia, había estado rodeada de lujos y cariño desde que nació y cuando marchó a estudiar a la capital conoció a Manuel, el hombre de su vida, con el que en un futuro iba a formar su deseada familia.
Manuel, hombre alto, moreno y bien formado, había sido su profesor de Criminología y el flechazo fue mutuo,  como se suele decir, ambos se sintieron atraídos irresistiblemente y Clara renunció a sus clases para poder comenzar un romance que ya duraba más de cinco años.
Los padres de Clara aceptaron a Manuel desde el principio y cuando ella terminó la carrera se celebró la boda por todo lo alto, a la que asistieron importantes personalidades del mundo de la política, ya que el padre de Manuel era un conocidísimo ministro del gobierno.
Pero eso ahora no importaba nada, las cosas habían cambiado desde aquel fatídico 20 de abril en el que Manuel llegó con una sonrisa en la boca y un ramo de flores en la mano, todo para Clara.
Los tres entraron en casa, pues se hacía de noche y aunque la primavera ya se había instalado en el ambiente, había empezado a refrescar.
Un sonido hueco les hizo darse la vuelta: alguien había entrado en la casa, detrás de ellos.
Ese alguien vestía de negro y empuñaba un arma con la que amenazó a la familia.
Ambos quedaron petrificados y Clara protegió a su bebé dando rienda a su instinto maternal: “No le haga daño” consiguió decir a duras penas.


Fueron obligados a entrar en el salón de la casa y allí el hombre forcejeó con Clara hasta que consiguió tener al bebe en sus brazos, volvió a apuntarlos con la pistola y después al bebé.
- Tengo hambre – dijo – Hazme un sandwich mujer, corre, y no intentes nada raro si no quieres que mate a tu hijo.
Clara obedeció y minutos más tarde traía temblando un sandwich que aquel individuo engulló como si le fuera la vida en ello. Después hizo una llamada de teléfono y escuchó instrucciones, acto seguido apuntó al bebé y disparó.
Clara no vio nada más, las lágrimas empañaron sus ojos y el grito de Manuel pudo oírse en varios kilómetros a la redonda, tras esto el hombre se apuntó a la cabeza y volvió a disparar, suicidándose.
Dos charcos de sangre, roja, se unieron en el suelo, mezclándose en silencio.

7 de agosto de 2012



Usó un “vete” de color distinto.

Tan denso que las lágrimas
se hicieron nieve. 
Tan lánguido que se me
llenó de agua el corazón.
Tan destructor que
sentí que se me rompía la vida.
Después, descansé.

Había dormido mucho sin morir.


6 de agosto de 2012



Llovía afuera… “Y yo sin paraguas…”. Su manita me agarró cuando a la vez que sonaba un trueno y me sobresaltó. Tenía 5 años:

- ¿Por qué llueve, mami?
- Las nubes están muy cargadas y  dejan caer el agua…-
- ¿Cómo el grifo de la bañera? -
Sonreí.
Sonó un trueno, Víctor apretó más mi mano:
- Tranquila mami, yo estoy aquí -… el hombre de la casa.
- Mami, ¿y por qué la lluvia no es azul como los ojos de papá?-
Por fin le nombraba… después de tres meses le había nombrado…
Después, sentenció:

- No te preocupes, cuando sea mayor inventaré una máquina para que los truenos suenen a música y no te asusten… y que sepas que tú no me engañas… yo sé que papá tiene un nuevo trabajo… es el que abre los grifos de las nubes para que llueva y por eso se marchó al cielo.

5 de agosto de 2012

Micro-trocito dedicado a... bueno, él ya lo sabe

Hace mucho tiempo que no TE escribo una carta de amor.

4 de agosto de 2012

Receta de cine:

Ingredientes:

- Dinero.
- Mucho más dinero.
- Muchísisisisisisisisismo más dinero.



Elaboración:


Como productor Ejecutivo escoja cualquier guión, bueno o malo (eso da lo mismo) y envíelo a los mejore actores y actrices del momento adjuntando a la copia un cheque en blanco firmado.

Busque localizaciones en islas paradisiacas y rincones apartados del mundanal ruido (debe rodar con todo lujo de comodidades). Aderece con un hotel siete estrellas y remueva hasta dejar una pasta consistente (recuerde: sea siempre generoso con los condimentos).

Añada al reparto de actores el mejor Director Artístico, el mejor Director de Fotografía, el mejor Director de Sonido y el mejor equipo de Rodaje y Peluquería. Acompañe la mezcla con el diseñador de moda más de moda para el tema del vestuario y con el cantante del momento para la OST.

Todos los ingredientes deben quedar ligaditos, ligaditos, sin grumos.

Por otro lado, el Jefe de Producción y el Ayudante de Dirección analizarán el guión para conseguir rodar con la mayor rapidez y coherencia. Seguidamente desglosarán el guión por escenario o decorado y personales y organizarán el rodaje para evitar tiempos muertos, buscando así los mejores resultados.

Por último, ruede, haga que se monte la película y estrene rodeado de lujo y glamour. Adorne con hojitas de menta y fresas o frutas del tiempo.

ÉXITO GARANTIZADO.


3 de agosto de 2012


Uno para levantar conciencias. 

A las barricadas

- Nos tienen engañadas, todo el día trabajando como esclavas, ¿y todo para qué?, para que unos pocos disfruten de nuestro esfuerzo tumbados a la bartola.
- Mujer, no te lo tomes a la tremenda, cada una tiene su obligación para con la comunidad.
- Y lo bien que estamos aquí, tiradas en el verde, con “el Lorenzo” tostándonos.


- Todavía no sé cómo me has convencido para realizar esta parada no autorizada.


- Chica, hasta la más trabajadora necesita un segundo de descanso, es un derecho inalienable,


¡no quiero trabajar más!, ¡estoy cansada! ¡ABAJO LA EXPLOTACIÓN!.


-¡Estás loca! ¡Deja de gritar!, al final nos pillan…


- Anda, déjate de monsergas y admite que se está de vicio tumbadita en el césped.


- Tengo que reconocer que esta sensación es nueva para mí. Es mejor que estar todo el día pensando en trabajar de sol a sol para que luego SOLO nos toque una ínfima parte.


- Ves, ya te vas calentando, y no lo digo por “Lorenzo”, te estás dando cuenta de que nuestro día a día es una tomadura de pelo, hay que hacer algo para acabar con este sistema clasista e injusto. ¡La Revolución!, hay que hacer la Revolución.


- Si te oyera supervisora…


-Esa vieja amargada enchufada, menuda caradura está hecha, olvídate de ella, por favor.


- Ejem… no puedo… ¡ESTÁ DETRÁS DE TI!


- ¿QUÉ?


- ¡ARRIBA, PAR DE VAGAS! ¿No estaríais descansando? Nosotras no hemos nacido para ello.


- ¿Descansar?, nooooooooooooo, qué va, ya volvemos a la fila señora supervisora…


Y las dos hormiguitas recogieron sus fardos de miga de pan, volvieron a la fila junto a sus compañeras y bajo la atenta mirada de la supervisora, regresaron al hormiguero, dulce y cálido hogar de la comunidad.  


2 de agosto de 2012


Uno de situación, bueno, mejor dicho uno SOLO con la situación, lo demás: al libre albedrío de vuestra mente pensante. 

El lugar


En la estantería: botes sin tapa que dejan escapar suspiros y ojos de luna… - no, ojos no, que se han acabado -. No hay ojos.

Los discos, rayados por el viento, esconden la necesidad imperiosa de salir corriendo. Papeleras con ruedas hechas de flores, escaleras, ballenas, caracoles, tablas que respiran ansia…
Aquella mañana los rezos ardieron y los pintores olvidaron sus abanicos de plumas bajo los soles del estómago. Los plásticos cubrieron la miseria. 


1 de agosto de 2012


Que mejor que empezar “mis trocitos” con el relato que me unió a dos de las personas más importantes de mi vida. 

Sentía dolores tremendos.

-Miguel, me duele mucho – le digo y oigo mi voz como si fuera un eco interminable: "me duele, me duele, me duele..." una y otra vez.

-Relájate, ya verás cómo pasa - sé que intenta tranquilizarme, pero en sus ojos puedo ver la impotencia de no poder ayudarme.

Espera infinita.

-Todavía no estás preparada - me dicen. Creo que no quieren hacerme caso, como soy primeriza.

-No puedo, me duele. - No quiero gritar pero a penas puedo contenerme.

-No insistas – me piden - esto es una carrera y tú solo has dado los primeros pasos -.

Más dolor.

-Perdóname, tenías derecho a quejarte, me equivoqué – admiten al fin - pero si casi estás en la meta -.

Gran pinchazo y gran alivio.

- ¡Venga, empuja! -.

Miguel me da la mano.

Un llanto inunda toda habitación y dos pequeños ojos recién abiertos nos miran y parecen decir: “¿os acordáis de mí?”.







1 comentario:

  1. Tenías toda la razón ayer cuando me dijiste que hoy el relato iba a ser exprimido, jejeje.

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